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Galería Arquitectura de Barrio. C/ Julián Calvo,6. 30004. Murcia

20 de octubre a 1 de diciembre de 2023

Los cuadros de Esteban Campuzano hablan por sí mismos, nos interpelan de modo inmediato y nos transmiten el desasosiego de la actualidad. Su pintura matérica y densa aborda los misterios del proceso creativo y posee la fuerza formal y la altura creativa del arte genuino. Esa fuerza –inherente al ser humano y ligada a las emociones humanas fundamentales–, se ha manifestado innumerables veces a lo largo de la historia del arte en situaciones críticas, cambios sociales, conflictos bélicos o tragedias humanas que llevan a los artistas a explicitar sus puntos de vista a través de sus obras. 

Numerosos artistas herederos de una conciencia milenaria manifestada por primera vez en ciertas pinturas paleolíticas, se caracterizan por abordar emociones ineludibles al drama humano. La piedad, la libertad, el egoísmo, la violencia, la miseria humana, la indignidad moral… han sido tratadas por grandes pintores, como Miguel Ángel, Goya, Turner, Gericault, Kokoschka, Joseph Beuys, Anselm Kieffer… no siendo difícil ver hoy cierta permeabilidad entre sus heridas y las nuestras. Así, Oskar Kokoschka tomó varios pasajes de Las Troyanas (Eurípides) para narrar de forma plástica la constante que gobernó a la humanidad desde sus primeros pasos, la pugna y el conflicto. 

Esteban Campuzano (Archena, Murcia, 1939), ha compaginado la práctica artística con la función docente en las facultades de Bellas Artes de Bilbao y de Murcia. Pintor de largo recorrido, aúna en su quehacer artístico una tendencia innata hacia la experimentación, tanto práctica como teórica, y entiende la obra de arte como un proceso de construcción y reconstrucción continuas, que deja siempre un espacio de juego –tanto para el creador, como para el receptor– que hay que rellenar. 

Sus figuras apenas esbozadas, pero reconocibles, surgen como fantasmas o espectros de sí mismos, envueltas en una trama cromática de pinceladas pastosas, dripping, manchas y capas sobrepuestas; unas, al óleo sobre lienzos de gran formato, otras, utilizando técnicas mixtas sobre papel de menor tamaño, en las que se percibe un insoluble juego de contrarios, de mostración y de ocultación, que nos lleva a reconocer la permanencia en lo fugitivo, a captar lo universal en lo particular, el orden posible en el fragmento.

Entre las obras expuestas se encuentra un pequeño autorretrato monocromo dibujado a lápiz. Su expresión seria, circunspecta, misteriosa, sus ojos apenas entreabiertos, circunscriben la figura al dominio del pensamiento, y no oculta que corren tiempos aciagos y miserables en donde las desgracias humanas se multiplican y el mundo ya no es comprensible entenderlo y explicarlo. 

En esta exposición donde Esteban Campuzano presenta quince de sus últimas obras, tenemos la oportunidad de vivir una experiencia estética genuina y hermosa que nos despoja del tiempo lineal (Kronos), y nos hace entrar en un tiempo de celebración, de ruptura del presente, que nos sugiere “lo eterno» (Kairós) y nos descubre la esencia, y, por ende, la emoción del Arte. 

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